DIA DE LOS DIFUNTOS
Actos tan bonitos aparentemente todos ellos, que han tenido lugar en
los distintos cementerios de la geografía española, han sido una manifestación,
sincera quisiera creer, del recuerdo entrañable que cada cual tiene de sus
difuntos.
No me parecen tan bonitos esos otros actos cargados, más
que de recuerdo u homenaje a los difuntos, de un actuar en el que, valiéndonos
de los difuntos, nos importan más los vivos que los muertos, aunque nos
valgamos del escenario de los cementerios para escenificar esas ansias de
aparentar y distinguirnos entre los vivos. Me refiero a ese impulso humano, muy
desafortunado por hipócrita, de importarnos más llevar el mejor ramo de flores
y que la lápida de nuestros fallecidos brille sobre las demás y sea objeto de
comentarios ostentosos entre los que visitan el cementerio, que lo
verdaderamente esencial.
¿Qué buscamos con ese gesto? Creo que hemos confundido el
verdadero sentido del día de los difuntos, que hemos paganizado la fiesta como
tantos otros actos religiosos, que lo que es en recuerdo de nuestros seres
queridos que murieron, lo es para recuerdo de quienes depositaron en la tumba
los mejores ramos en señal de ostentosidad y en demostración de que somos los
que más queremos a nuestros difuntos. Craso error a mi juicio, si creemos que
nuestros muertos nos estarán agradecidos por tal despropósito de valerse de
ellos para demostrarnos ante los demás algo tan banal, como lo es superioridad
o lucir nuestro mejor atuendo, en señal de indiferencia, menosprecio y desprecio
hacia los demás.
No está esa forma de actuar ente los pecados de la
Iglesia, pero no estaría de más. Si existe alguien que nos juzgue en vida, con
toda seguridad no nos podrá perdonar que este sentimiento de los difuntos, que
debería ser puro, lo contaminemos de esta manera, como tampoco los muertos
darían su conformidad con esta ceremonia pagana y falta de religiosidad.
Pasó el día de los Santos, llegó el día de los difuntos y
todos juntos, como si en cónclave lo hubieran acordado, con la meteorología enviaron borrascas de lluvia y fuerte viento que barrieron cementerios, limpiaron lápidas
e hicieron volar los ramos de flores, en demostración de que ellos no aceptan
que los suyos les visiten y les disfracen de ostentación, enmascarados en ese
egoísmo de un materialismo exacerbado.
isidrojimenez.com
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