lunes, 21 de diciembre de 2015

¿ESPAÑA INGOBERNABLE?

¿ESPAÑA INGOBERNABLE?

Se alzan las voces de que el partido del PP con mayoría de escaños para el congreso, pero sin una mayoría absoluta que  le permita una tranquila gobernabilidad, no podrá formar gobierno y se empieza a tildar la nueva situación de ingobernable. Otros apuestan por anunciar que se abre una era de pactos y algunos que no será posible la formación de gobierno y que España se asoma a la ingobernabilidad. Por últimos algunos se preguntan ¿y ahora qué?

Pues todo lo opinable es posible, aunque ¿y el ahora qué? es lo más acertado que se ha oído, ya que el panorama político que los españoles han querido da lugar a cualquier solución, incluso hasta pactos entre partidos de distintas, extremas y contrarias ideologías.



El PP ha conseguido 123 escaños, muy lejos de la mayoría absoluta, incluso sumando un posible apoyo de Ciudadanos, que ha reducido sus expectativas hasta los 40 diputados. En segundo lugar ha quedado el PSOE, con 90 escaños, 20 menos de los que tenía. Y en tercer lugar se ha situado Podemos con 69 diputados.

En cuanto al resto de partidos, han obtenido los siguientes resultados en escaños: ERC-CATSI (9), Democràcia i Llibertad (8), PNV (6), Unidad Popular en Común (2), EH Bildu (2) y CCa-PNC (1), como se ve en el siguiente gráfico, reproducido a partir de una información publicada este lunes por el diario El País.

Así, tras los resultados de estas generales del 20D, las más disputadas de la democracia, Mariano Rajoy lo tendrá sumamente difícil para formar una mayoría que le permita gobernar. “Voy a intentar formar un Gobierno estable”, aseguró en el balcón de la sede de Génova tras conocer el resultado.

Se abre, pues, una nueva etapa política en la que se hace necesario emprender acuerdos para gobernar y, de no alcanzarlos, la incertidumbre de si habrá que convocar nuevas elecciones.

En todo este asunto, todos los partidos dan comunicados y anuncios al respecto, pero ninguno habla sobre lo que significan los resultados salidos de las urnas. No perdón, sí hablan, pero para decir, también algo cierto, que los españoles han querido un cambio dando poder a nuevos partidos y castigando a los partidos de siempre, tal vez por la corrupción o quizás porque están cansados de que sean siempre los mismos lo que nos gobiernen y para desterrar la mayoría absoluta, de modo que un solo partido pueda imponer medidas sin contar con el beneplácito de los demás partidos.

No obstante, en mi modesta opinión considero que los partidos no entienden al pueblo, que las conclusiones a que llegan son disparatadas con respecto a lo que el pueblo llano piensa y quiere. Los españoles han dado un mensaje muy claro y es que los partidos han de llegar a acuerdos y pactos en todos los temas importantes con el fin de dar soluciones a los problemas de este país que es España. Si un partido en el gobierno con mayoría absoluta toma unas medidas para la solución de problemas como el fraude, el paro, la pobreza, el trabajo, los salarios, las pensiones, la igualdad de hombres y mujeres, el terrorismo, etc. y otros partidos, ante la imposibilidad de cambiar esas medidas por la mayoría absoluta del gobernante, se limitan a criticar, dar pataletas y nuevas recetas, eso quiere decir que entre todos, los en el gobierno y los en la oposición y el resto de partidos, pueden llegar a consensuar mejores medidas que permitan la solución verdadera de esos problemas, adoptando acuerdos en los problemas más acuciantes, creando políticas de progreso bienestar social.

Ahora veremos un escenario, tras las elecciones, que irá encaminado a ver quién cambia de residencia y se establece en la Moncloa. Ojala se forme gobierno del tinte que sea, si no iremos a otras lecciones, pues en este caso se gobernará como el pueblo lo ha querido, hablando, consensuando, pactando, porque no hay posibilidad de que haya, ni de izquierdas ni de derechas, un gobierno que, sin contar con el resto de partidos del espectro político, imponga  por Real Decreto sus medidas a capa y espada.

Por último, decir que el bipartidismo no ha desaparecido, ni el pueblo lo quiere así. De hecho casi un sesenta por ciento de los votos los han obtenido PP y PSOE, aunque han descendido considerablemente en escaños. Eso significa que ambos partidos han sido castigados y se ha dado entrada a nuevas ideas, que no han ganado, pero que han remontado con fuerza en poco tiempo. Se les ha castigado pero no se les ha fulminado porque son los que de alguna forma tienen candidatos más preparados y de mayor bagaje, pero el castigo les advierte que han de pactar con el resto de esas fuerzas a las que se les ha aupado en su entrada en el campo político.

Por tanto concluiría con un símil diciendo que la política es una gran familia y que, como en cada casa de vecino, sus miembros han de ponerse de acuerdo en todos los temas para tomar las mejores medidas que den solución a sus problemas. Esto es lo que el pueblo español ha tratado de transmitir a los políticos, a juzgar por los resultados de las elecciones del 20-D de 2015. Esperemos que sepan recoger el mensaje y lo pongan en práctica, para que todos los españoles, sean del signo que sean, encuentren sentido a su voto.



Isidro Jiménez









sábado, 19 de diciembre de 2015

REFLEXIONES PREVIAS AL VOTO

REFLEXIONES PREVIAS AL VOTO
Elecciones Generales 20-D de 2015

Me encuentro en un momento de esos que denominaríamos de crispación, pues no puedo hallar el momento más idóneo en el que poder centrarme para reflexionar en la mar de cosas que chispean en mi cabeza, discurriendo a todo galope por  las distintas áreas y lóbulos  de mi cerebro, cosas todas ellas que requieren de un profundo razonamiento unas y de un ejercicio de rechazo otras, todas ellas dirigidas y enfocadas hacia la consecución de obtener el análisis correcto a través del cual deducir cuál ha de ser mañana mi voto.



Me imagino ante una bola de cristal y, sintiéndome pitonisa o vidente, trato de ver el futuro de España intentando tener la realidad exacta de un futuro incierto. En este ejercicio nuevo de médium me pasan infinidad de imágenes.

Por un lado veo líderes mesiánicos que tratan de ser eso, el mesías de su comunidad, pero que su principal objetivo no es otro que el de pasar a la posterioridad como héroes de la historia y de grandes hazañas. Veo por otro lado el resurgir de nuevas figuras, más de barro y paja que otros talentos que abundan en la sociedad, que se afanan en la persecución del poder, el escaño del Congreso y la pensión, coches y escoltas del futuro y, por qué no, el formar parte de los Presidentes de esta etapa que le hemos llamado de transición. Ahondo más en el fotograma de mi entendimiento y vislumbro que, mientras unos tratan de resurgir y aposentarse, otros intentan y luchan por seguir en el poder argumentando que son la solución y que sin ellos España irá a la deriva o retornará a lo que ya llaman pasado, aunque bien es cierto que todavía la crisis, no la estamos pasando, es que no hemos salido de ella, pues fue el crédito su medio de solución y el crédito es crédito porque se paga en el tiempo para devolver la deuda mejor.

Todos ellos, lo que ansían la heroicidad, lo deseosos de llegar al poder y los que están por renovarlo, han hecho un ejercicio frenético intentando influir en las gentes para conseguir con sus gestos de acercamiento, sus propuestas y discursos, sus programas y campaña en general que sea su lista la que el votante deposite en la urna.

De los mesiánicos y los componentes de su congregación, no me apetece ni hablar, pues a la vista están sus pretensiones y ni merece la pena seguirles el juego haciéndoles héroes de la historia por el hecho de quedar para la posterioridad en mi blog, cuando en realidad ni en la historia nunca se les ha de nombrar, así lo considero yo, para que las nuevas generaciones nunca falsamente los puedan aupar.


Las figuras salientes como nuevos aspirantes al poder, me preocupan si cabe más, porque son primerizos y faltos de experiencia y nos han venido hablando en los mítines, debates y televisión como si estuvieran fraguados ya en la, como diría Platón, la res pública, o en la gestión pública como ahora decimos. Todos nos han venido anunciando que, de todo lo que se ha hecho, nada bien hecho está y que en mayor o menor medida habrá que cambiar y hasta algunos llegan más lejos cuando sostienen que la Constitución hay que modificar o que es necesario derogar la Reforma Laboral. Estos mismos nos han venido hablando de cifras que gracias a internet cualquier votante puede encontrar, pero pretendiendo a veces engañarnos con medias mentiras o falta de verdad o callando porque el que calla otorga.


Pero sin duda se lo han currado, se han adaptado con rapidez a los medios, se han acercado a la ciudadanía en despliegues importantes por el país, hasta el punto que han obligado a los de siempre a hacer otro tanto de lo mismo y olvidarse del plasma. Han creado un clima de campaña electoral algo diferente y hasta han creado algún episodio, en el debate de dos, que a la ciudadanía le ha gustado al oír lo que decían y que, después en la reflexión, tal vez lo hayan considerado fuera de lugar y una pérdida de temple para quien aspira a templar la España actual, sobre todo teniendo en cuenta que los partidos de ambos debatientes no han de enseñar los dientes en tema de corrupción. Han rectificado muchas veces en temas de importancia y, aunque se dice que el rectificar es de sabios, en política no se puede jugar con rectificaciones, que el pueblo llano ya comprendió el error del político antes de que éste rectificara, pues jugar con las ideas en temas candentes, cambia a la gente su idea sobre el anunciante.

Tenemos una oportunidad de votar más complicada que otras veces en que teníamos dos alternativas diferenciadas y homogéneas, la derecha y la izquierda. Ahora tenemos otro tanto de lo mismo, pero más disperso. Esa dispersión es la clave del rompecabezas, pues es notorio y sabido que, a falta de una mayoría absoluta de ningún partido, habrá que formar gobierno contando con esos dispersos, por llamarlos de alguna manera, pues la pugna está en los porcentajes de voto de quienes por primera vez aspiran a la Moncloa.


 Los que comulgan con la derecha deben tenerlo más claro a quien votar, por el hecho de que el partido de derechas tira al centro y el de centro tira a la derecha, de ahí que su alternativa entre uno y otro sea más modesta, porque votando a uno u otro votando a la derecha estará. Pero, los que se posicionan en la izquierda, se juegan mucho más con su voto y su confusión ha de ser mayor, al encontrar tanta izquierda en fragmentos que puede llevar al votante al desconcierto de votar sin acierto.

Comulgues con quien comulgues, seas afín a la derecha o la izquierda, seas indeciso o tengas tu voto resuelto, no has de caer en el error de la abstención, de lo contrario no contribuirás a una España mejor.

Isidro Jiménez









jueves, 17 de diciembre de 2015

DOS LOTERÍAS PARA LA NAVIDAD

DOS LOTERÍAS PARA LA NAVIDAD

Desde que en cada casa se monta el árbol de navidad y el belén, se adornan y colocan las luces y algún que otro detalle en la entrada, terrazas o balcones, empezamos a preguntarnos, cada mañana cuando nos levantamos y los divisamos en el salón, cuándo llegará el día en que habrá que desmontarlos y vuelta a guardarlos donde ya no existe espacio porque seguro que otros trastos ya lo ocuparon.

Estamos tan ocupados con nuestro voto para las elecciones, que hasta nos puede parecer un disparate todo el montaje navideño, sin saber a ciencia cierta qué partido las ganará ni qué políticas aplicarán que redunden en paliar el dispendio de regalos, muchos de ellos inútiles, que en torno al árbol se irán a lo largo de las fiestas depositando. De ahí que al hastío de cada año se añadan esas incertidumbres sobre la situación y realidad de nuestros bolsillos en función de los cambios en política económica y laboral, bajada de impuestos y otras promesas prometedoras, y que no valga la redundancia porque son promesas y se han de cumplir y son prometedoras porque se prometieron, lo que está por ver y esperemos a verlo con mucho sigilo y poca prontitud.


Ya vemos a los reyes Magos recogiendo cartas de nuestros pequeños, pronto estarán de vuelta, señal de que terminaron las fiestas, aunque algunos me corregirán con aquello de que "hasta San Antón fiestas son", para no romper con la tradición.

Pero antes, dos cosas importantes son de preocupación en los días venideros: las elecciones del 20-D y la Lotería de Navidad dos días después. Ambos acontecimientos, aun con distinto nombre, son loterías.


En el primero, las elecciones, está por ver el partido que ganará, así como sí obtendrá mayoría suficiente o necesitará al de al lado o al de enfrente para hacer frente a llevar a su primero de la lista a la Moncloa, aunque actualmente no ha de ser necesariamente quien sea nombrado Presidente del gobierno el primero de la lista, como ha ocurrido en Cataluña, que el cuarto de la lista podría ser nombrado para tal cargo, tal vez por aquello de que es Mas y quiso despistar.


En el segundo, la Lotería de Navidad, aun ante la imposibilidad de ser agraciado por la escasa probabilidad habida para obtener el gordo, el sueño de que toque es lo que cuenta y si mientras soñamos disfrutamos, nada mejor que soñar, aunque luego nos sintamos fatal al descubrir que no nos tocó y que cada año pasa igual.
Respecto de las elecciones, no me preguntéis a quién votaré, pues no os lo diré, pero si me atreveré a hacer una quiniela y un sintético análisis de la situación actual.

Todo parece indicar que destaca el partido popular, tal vez porque al grueso de la población española le preocupa un cambio brusco y radical en la economía que pueda crear más complicaciones de las que ya hemos venido sufriendo, motivo por el cual cualquier sensato o poco arriesgado diría que vale más pájaro en mano que ciento volando, porque los que vuelan, que son todas esas promesas, que por los partidos nacientes  y otros de más edad pero con nuevos dirigentes, no dejan de ser promesas y, además, incorrectamente prometidas, por cuanto no se ahonda en explicar el cómo, cuándo y el quantum de lo que se promete, de modo que el ciudadano en general se queda con la incredulidad de sí será mentira o verdad. Pero, aun ganando el partido popular, fácil no lo tendrá, al no obtener las mayorías requeridas para a la Moncloa llegar, al menos sin convencer a otro partido que le permita llevar a la presidencia del gobierno a su líder Rajoy.

Pero quién será quien se arrime al PP para tal fin, también está por ver, pues el más afín es Ciudadanos con Rivera al frente, quien ya se adelantó a anunciar que no habrá pacto con el PP, afirmación que es de dudar puesto que en campaña electoral todo se puede decir si es para un  mayor número de votos conseguir. Después, a campaña pasada, cambia el interés, lo que se dijo es agua pasada y si se puede conseguir gobierno, sea con quien sea, que en este caso sería no un cualquiera sino un partido afín, pues todo vale si es para buen fin. Si no ganara el PP, descartando que gane el PSOE, que ya digo que no ganará, sin duda a Albert Rivera le tocará lidiar con los demás para gobierno formar, porque ni podemos está preparado para llegar tan lejos por su falta de experiencia en el gobierno y la incoherencia de sus programas cambiantes, ni los demás que le siguen en las encuestas son de fiar, aunque cabe la posibilidad de que se alíen unos cuantos pequeños, desde el centro a la izquierda, para erradicar el poder de la derecha, ya que todos los programas de la izquierda sintonizan en la pérdida de derechos y poder adquisitivo de los trabajadores y en la masacre de recortes sociales a todos los niveles que hemos sufrido estos cuatro años, siendo así posible un cambio radical en las políticas de empleo, haciendo políticas de justicia social que haga olvidar ese nubarrón de denigrante defraudación, en la derecha y en la izquierda, que ha llevado a la ruina a una gran parte de la población.


 Respecto al PSOE, sin meterme en cifras que dan escalofríos, es infame el tema de los ERES de Andalucía, pues, no bastaba con que fuera dinero público, era además necesario que ese dinero estuviera destinado a los más necesitados y faltos de empleo. Los defensores de la justicia social, de los pobres, se emplean, junto a esos sindicatos que dicen defender por encima de todo al trabajador, en despojarlos de su sustento. Lamentable, al mismo tiempo que perverso y maligno, que pueda algún político llegar a situaciones tan abominables. 


El PP tampoco se escapa a esta maraña escabrosa de defraudación y corrupción, el caso Gürtel, el caso Bárcenas, etc., etc. hasta más de cien caos de corrupción. Todo el rescate bancario hubiera erradicado tres veces, sí tres veces, el hambre infantil en el mundo, sí en el mundo. Y, sin consultar datos, porque para qué, todo lo defraudado en España, hubiera dado a ésta la posición y la fortaleza de haber visto pasar la crisis como quien ve pasar un pájaro de lejos, tan lejos que no nos hubiera cagado encima.

Ahora estamos endeudados hasta las cejas, pero no cejes en tu empeño de seguir luchando por un mundo mejor y qué mejor que votar el día 20-D, no el 22, que salvo que te toque la lotería, no es ésta lo mejor.

Isidro Jiménez







lunes, 14 de diciembre de 2015

SENTIMIENTOS DE UN SISANTEÑO

SENTIMIENTOS DE UN SISANTEÑO

Mi alma, empapada de mi pueblo, Sisante, despierta sentimientos de la idiosincracia de sus gentes y se encharca de recuerdos del itínerin de mi infancia, a la que retrocedo con solo respirar el aire que lo envuelve, las montañas que lo circundan y la llanura sobre la que se asienta y que se prolonga desde San Clemente hasta el Picazo, ribeteada por los montículos de Pozoamargo y la Cuesta de la Muela.

Esas gentes, bonachonas, pero engreídas y presumidas, muy aferradas a lo suyo y capaces de ser doctores en los temas más controvertidos dentro de su tosquedad y rudeza, me transportaron muy lejos en mi memoria recordando los mejores momentos de mi infancia, una infancia que, por los años vividos lejos de mi pueblo, no sería capaz de recordar si no fuera por las estampas de cada una de sus caras, que me trasportan a otros tiempos de vivencias en mi infancia inolvidable.


Eran tiempos en que no había viejos, ni mucho menos sabíamos que era eso de la tercera edad. Solo había abuelos, que todavía eran el tronco principal de la familia. Y porque no había viejos, no existían las residencias y cada cual vivía en su casa hasta sus últimos días, llegando al final del camino debidamente atendidos por los que con él vivían.

Eran tiempos en los que se vivía con tal intensidad que ahora, pasados 50 ó 60 años, todavía te permiten recordar, como fotogramas de película real, momentos sucedidos a edades muy tempranas de mi primera edad.

Recuerdo que para mi ya eran mayores, casi viejos diría yo, los que habían alcanzado 18 ó 20 años, aquellos que, cuando nevaba comenzaban a hacer una bola de nieve con una simple piedra, las que era fácil encontrar en aquellas calles de barro y tierra, para seguir volteando hasta conseguir una enorme, que era necesario darle vueltas hasta llegar al rincón o plaza más cercano para, sobre ella, hacer un monigote de la misma masa, que perduraría, al quedar helado, varios días y hasta más de un mes, aun después de no quedar ningún atisbo de nieve en todo el pueblo.

Esos mayores, mientras los más pequeños nos dedicábamos al salir de la escuela a jugar a las pistolas alrededor de la iglesia, o a juntar el álbum de Rin Tin Tin o de los equipos de fútbol mediante el juego de los cromos de palma, o a leer los tebeos del Capitán Trueno, El Jabato, Roberto Alcazar y Pedrín, etc., jugaban a otros como "el cenao", con las bolas, o  "las careras" con las chapas de monedas de otros tiempos. Y ente tanto, más pequeños y más mayores, todas las edades en general, organizaban juegos tales como el de la maricoya, la rana, a la zapatilla por detrás, al dólar, al pañuelo, al corro de la patata, a la gallinita ciega, a la comba, al aro, al escondite, a la peonza, y una interminable retahíla de infinidad de juegos, incluidos los de mesa, como la brisca, el cinquillo, el mus, el póker, los dados, todos los de la baraja en general y muchos más, como la maricolla, de grandes y pequeños.

Todavía recuerdo con gran lucidez las largas noches de verano, con cada vecino tomando el fresco a la puerta de su casa, con charlas interminables, con mucho calor pero con el fresquito típico de la noche, después del tórrido día entre campo y mies a la postre de copiosa cena. No puedo tampoco olvidar los casi tres meses de trilla y olor a mies, las cinas y el aprovechamiento del viento para aventar y el posterior acarreo del grano y la paja que se guardaban en la cámara y el pajar. La trilla y su pedernal, más tarde algún trillo, el garabato, la vertedera y el carro, la galera y los meriñaques que se les aplicaban para transportar la mies. Ahora ya no se siembran garbanzos, alubias, ni fríjoles, o guisantes que ahora queda mejor, tan solo lentejas, que si quieres las tomas y si no las dejas. Por desgracia, tampoco se pueden apreciar los campos de azafrán.

Entonces no había tractores, solo burros y mulos, a los que se ataviaba con el mandil, el horcate o el collerón, otras veces en el yugo, dependiendo de la labor a realizar, pero que constituían la mayor ayuda en las labores agrícolas y que las hacían posibles, sin que se echara de menos la maquinaria que vendría después, el tractor, la cosechadora, sembradoras y otras más, aunque si he de ser sincero, en aquellos tiempos ya existía la máquina de aventar lentejas, todo un milagro para aquel lugar.


Esos tiempos, allá por los años 50 y poco más, hasta los casi 70, años que yo, porque allí he vivido, puedo recordar, en que el gorrino de San Antón campaba por las calles en busca de alimento de casa en casa, porque las puertas de cada vecino totalmente abiertas dejaban ver los patios de entrada y hasta la propia casa, sin que fuera necesario el llamador, ni mucho menos el timbre que no existía, bastando con entrar hasta donde encontrar al vecino de la casa con una simple llamada de voz. Ese gesto de confianza de dejar abiertas todas las puertas  ya se ha perdido, como se ha perdido el salir a tomar el fresco por la noche, o el ir de matanza en matanza a cada casa de vecino, o la ilusión de ver la tele en cualquier tele de los tres adelantados en tenerla cuando casi nadie la tenía, donde se reunían para ver las películas de Joselito y Marisol, que aunque eran en blanco y negro sabían a color.


No quiero olvidarme del trueque, ese tú me das vino porque tienes bodega y yo te doy aceite, o yo te llevo trigo a tu molino y me traigo harina. No había moneda, pero había comercio; había hambre pero comíamos; no estábamos globalizados pero sí muy unidos; había necesidades, pero la básica era llenar el estómago; tampoco podían despertarse otras porque tan escasos eran los recursos como lo eran las ofertas de mercado. Recuerdo aquellas zapatillas de goma que todos los guachos llevábamos todo el año, con pie descubierto en verano y calcetín de lana hecho con agujas por nuestras abuelas y madres en invierno. 

Recuerdo al pescatero que surtía de pescado al pueblo y del pregonero pregonando las sardinas y los capellanes con su trompetilla por todos los barrios y plazas, liando de vez en cuando su cigarrillo con aquella maquinilla que, si levantara la cabeza, podría comprobar que hoy es de gran usanza, ya que la usa una gran cantidad de fumadores, por lo que se consideraría un adelantado a su tiempo.

No había afluencia turística, ni retornados de los que por distintas razones buscamos nuestro sustento en otros lugares de España, pero había un gran comercio. Recuerdo la tienda de Manolo Jover, a quien dentro de mi ingenuidad siempre le consideré como introductor de la expresión "Mare megua" por su origen catalán y su similitud con "Mare meva" que traducido del catalán al castellano significa "Madre mía". No olvidemos la tienda de María de Fontecha, precursora de la moda sin duda; de la tienda de Pifa en el Pozo Viejo con gran repertorio de mercancía y después en la plaza; de la tienda de la Moñita en la Plaza del Angelillo que, además de vender de todo, propiciaba por su acusada sordera y el volumen que ponía que todo el barrio pudiera estar al tanto de los seriales que en la radio se ofrecían; del Colmado, como así se llamaría ahora, de Pablete que nos abastecía de cuanto se te pudiera pasar por la cabeza comer, enlatado o fresco, hortícola o frutal, de todo cuanto existía en Albacete en general; de la tienda de Sapitre, frente a la también tienda de Cabezón, así como la droguería de Antonio Cuesta Escudero. No olvidemos tampoco las carnicerías como la de Hico y otras desaparecidas o aún existentes; los distintos emprendedores, como ahora se les calificaría, de reparaciones de motos y bicicletas o taller de coches; aquellos cuyo oficio era empedernar las trillas; los correacheros que trabajaban en la guarnición de caballos o mulas y hacían el aparejo de los mulos y burros para el tiro de carros, remolques y los aparejos para la labranza y otra infinidad de oficios, como los labradores, los podadores, o aquellos bien labrados en el injerto u otros menesteres. Tampoco quiero olvidarme de los panaderos, el Churro, Hermenegildo, el Torero, la del Pozo Viejo, etc. Hemos de recordar a los que surtían de agua potable al pueblo, como el Moreno o el Morillo y otros, a Eduardín el pastelero, del que todavía recuerdos sus milhojas, al Marqués que nos surtía de polos, y que bien sentaban en el campo de fútbol, al Garbancero con su emblemática caseta en la plaza, que además de golosinas, pipas y garbanzos, disponía de tebeos y hasta petardos. Y si alguien queda en el tintero que me perdone, pues trato de recodar lo que tuve en el olvido durante 50 años y soy consciente que los de antaño del lugar me corregirían y añadirían.

Por cierto, hablando de añadir, no puedo dejar en el olvido el bar de Perín, después de Antonio, el cine de Herrera con su gallinero y platea, ambos lugares emblemáticos que desaparecieron sin más y que, cada vez que volvía al pueblo, conocido el suceso, me costaba hasta llorar.

Voy repasando cuánto se me va ocurriendo plasmar por escrito, comparo con el presente y llego a la conclusión de que el pueblo ha pegado un cambio soberbio. ¿Para bien o para mal? No me atrevo a calificar, porque habrá sido para bien para unos y no también para otros, aunque sin duda tengo que aceptar que se ha prosperado, pero a costa de y con una pérdida importante de población, esa población que triunfó fuera de las fronteras que le vio nacer y que, como el emigrante, vivió siempre con el alma mirando a su tierra, defendiendo su pueblo y aupándolo a lo más alto en cualquiera de los foros en los que le ha tocado vivir. Ahora regresan al final de su legislatura de trabajo y, a su llegada, se preguntan sí realmente encuentran ese pueblo por el que en la lejanía tanto sufrieron y al que a dientes defendieron y exaltaron. No puedo sino hacer un llamamiento a cuantos tuvieron, no sé si la suerte, de vivir en su pueblo, de que no traten con recelo al oriundo que vuelve, ni con extrañeza al extranjero que viene, que aprendan de todos ellos, que cada cual tiene sus vivencias y que no se encierren en su egocéntrica idiosincrasia y se abran al mundo que les rodea, que aunque no sea la panacea algo les podrá aportar.

Isidro Jiménez


viernes, 4 de diciembre de 2015

CAMPAÑA ELECTORAL 20D-2015

Desde que comenzara la era democrática que degustamos, iniciada después del período franquista, hemos tenido gobiernos con mayoría absoluta y gobiernos que la han conseguido pactando con formaciones nacionalistas, todo dentro de nuestro sistema electoral, el que, dicho sea de paso, más tarde o más temprano habrá que cambiar.

Estamos en el último mes del año, un mes de diciembre en el que ya han ocurrido muchas cosas y otras que están por ocurrir. Disfrutamos de un tiempo y temperaturas que no se corresponden con el frío y las lluvias de otros tiempos y oímos que ahora tenemos aves que ya no emigran a sus países de origen más cálidos y que nos vienen de fuera especies que devoran las autóctonas, como el cangrejo americano invasor (la jaiba azul), o el avispón asiático (la vespa velutina) y otras como el alga asesina, la almeja asiática, helecho de agua azolla, hierba de las Pampas, mejillón cebra, mosquito tigre, picudo rojo de las palmeras, tortuga de Florida y visón americano, contra las que, dicho sea de paso, no se toman excesivas medidas.

El día 22 se celebrará, como cada año, la lotería de navidad, sorteo que todo el mundo tiene en mente, o si no ya te lo recordarán ofreciéndote décimos o participaciones, a los que no podremos resistirnos por aquello de por si toca, aunque lo más probable es que no nos tocará, según la ley de la probabilidad, que mide las posibilidades de que un evento ocurra.

Pero antes del día 22, tenemos una cita el día 20 con las urnas. Este día vamos a elegir a quienes nos gobiernen, que será un nuevo gobierno o tal vez no tan nuevo, dependiendo de los resultados de cada partido político. Hasta ahora habíamos jugado a elegir a la derecha o a la izquierda, a los que gobernaban o a los en la oposición, con o sin mayorías absolutas, pero ahora el panorama que se nos presenta en el 20D es distinto. Esa distinción la marcan los partidos emergentes, quienes llegarán al gobierno, cosa poco probable o casi improbable, o servirán de bisagra para formar gobierno con la derecha o la izquierda de siempre de nuestro espectro político. Aunque es cierto que estos que llamamos emergentes tal vez sueñan con tomar la Moncloa con sus propias fuerzas.

Acaba de empezar la campaña electoral, pero no es menos cierto que ya empezó con las elecciones autonómicas y municipales e incluso con las europeas. Llevamos ya demasiado tiempo escuchando en todos los medios de información las propuestas de cada candidato a la Moncloa, las más o menos acertadas agudezas de los tertulianos y periodistas, todos los programas de entretenimiento en las cadenas de televisión, pues sin duda debe ser más barato el caché de un político que el de un artista y ahora nos toca oír y aguantar todas las intervenciones de los candidatos a la Moncloa en todas sus intervenciones por los distintos municipios de España. ¿Sabremos al final distinguir lo que nos conviene y discernir de todo lo manifestado para con, claridad de ideas, apostar por el mejor? Difícil tarea la que se nos encomienda.

Ha llegado el momento de votar. Sin duda como en cada decisión que tomamos, nos guiaremos por nuestra experiencia personal y somos tantos que experiencias hay para dar y tomar, por lo que es complicado acertar todos y, aun acertando, posteriormente podemos pensar que nos equivocamos y que el acierto fue un error, pues aquél al que elegimos con lo que nosotros creímos no comulgó.

Los dos partidos de siempre ya los conocemos y a los emergentes ya los deberíamos conocer. A los primeros porque han venido gobernando y alternándose en el poder y a los segundos porque ya están en el gobierno o en la oposición en autonomías o municipios, en muchos casos con realidades muy por debajo de las ilusiones que despertaron.

Disponemos de 350 escaños en el Congreso de los Diputados, más 266 senadores. Se distribuyan como se distribuyan los 350 escaños del parlamento, más los del Senado, son excesivos los políticos de que disponemos, al menos parecen demasiados, más aún teniendo en cuenta los 17 parlamentos autonómicos, las diputaciones y corporaciones locales, los mil y un organismos, empresas públicas, sindicatos y no sé cuantas cosas más. Demasiada gente para cuidarnos, para gestionar, dicen, la cosa pública mediante los correspondientes sueldos, dietas y gastos de representación a costa de los sufridos contribuyentes.

Muchos piensan en aumentarnos los impuestos y pocos que propongan racionalizar la política y la administración para hacerla más barata y efectiva. A lo más que llegan es a propugnar una administración  on-line, sin papeles, a la que se pueda acceder desde internet o WhatsApp. Todo muy moderno, pero sin que se hable de una radical simplificación administrativa.

Habrá que estar ojo avizor a los programas de los partidos, habrá que leerlos aunque sea para comprobar cómo se incumplen. Por cierto, respecto a la educación ya veremos si el libro blanco que prepara José Antonio Marina lo toman en serio los próximos gobernantes, sean quienes fueren, o si todo se reducirá a suprimir la religión o la enseñanza concertada que, por cierto, resulta más barata que la pública.

Tampoco se habla mucho del sistema de pensiones, ya que la verdad es que está quebrado con una población de mayores que cada vez duramos más años y sin un aumento apreciable de cotizantes jóvenes y con el dato añadido de que ahora cada vez nacen menos que los que mueren y que produce un censo de población menor. Este colectivo de pensionistas es muy importante y suelen tener muy claro su voto para salvaguardar su pensión ganada con sudor y lágrimas.



Quien quiera que forme gobierno, por sí o con alianzas, estas últimas las más probables si nos remitimos a las encuestas y entendidos en estas materias, habrá de lidiar con muchos temas, que no son pocos los que nos acechan y ponen en peligro nuestro bienestar y habrá de corregir sobre todo este mundo de desigualdad que se ha producido con la crisis, en el que se han enriquecido los ricos y empobrecido los pobres. Habrá de rebajar o modificar impuestos, que graven a los ricos y beneficien a las clases obreras para generarles más poder adquisitivo que impulse el consumo. Habrá de acabar con la congelación de salarios ínfimos y con los ingresos desmedidos de quienes, aun en crisis, los han visto aumentados. Habrá que generar empleo, impulsar las energías renovables, reforzar y modernizar la justicia, implantar en toda la Administración las nuevas tecnologías, eliminar trabas burocráticas al ciudadano, etc. etc. y, por último, habrá de acabar con la ruina humana de muchas familias.

Que sepa el gobernante que llegue a la Moncloa que, los que han soportado la crisis, que han sido los más pobres, ya no pueden serlo más y que, éstos, no han sido los que la han generado "gastando por encima de sus posibilidades", como se ha repetido hasta la saciedad. Pongamos fin al despilfarro y sobre todo al fraude pasado, presente y futuro.

Isidro Jiménez