SONETO AL TORO DE OSBORNE
Circulaba con el coche,
Eché un vistazo a la
montaña,
Apareció como entre la
maraña,
Resurgió en el horizonte.
En armonía con la naturaleza,
Con su espíritu de bravo
que impone,
El valiente Toro de
Osborne
Se encontraba en medio de
la maleza.
Lo vi tan aguerrido,
En esa posición de
valiente,
Con sus pitones
salientes,
Que creí escuchar sus
berridos.
Era todo un monumento.
Sentía retumbar la
pradera
Con el golpear de sus
pezuñas traseras.
Desapareció en un
momento.
Pobre toro, compañero de
viaje,
Pronto desaparecerás del
mapa,
En todas las carreteras
estabas como una lapa,
Y estabas ahí presente
con ese coraje.
Tu padre Osborne sin
despedirse se fue,
Te dejaron mal atendido,
Otras veces derribado y
abatido,
No me hagas llorar, vete
con él.
Donde quiera que vayas
recuérdame,
No olvides al compañero
que eras
Que en mis viajes por
España entera
Siempre fuiste mi vigía y
gendarme.
Isidro Jiménez
(Soneto de
isidrojimenez.com)
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