domingo, 28 de junio de 2015

EL PROBLEMA GRIEGO A GALOPE

EL PROBLEMA GRIEGO A GALOPE.

Mucho se ha hablado estos últimos días sobre el desenlace griego. Los distintos rotativos de toda Europa han sido un sin cesar de información sobre las reuniones de la UE para llegar a un acuerdo con los griegos, quienes parecían resistirse a dar su brazo a torcer ante las exigencias de la Unión europea en la toma de medidas de alto calado exigidas como única vía para la resolución del problema.


Después de las propuestas de las autoridades griegas durante los días 8, 14, 22 y 25 de junio y las conversaciones a nivel político y técnico durante toda la semana, la Comisión Europea durante la tarde de hoy día 28 de junio ha hecho un comunicado que empieza: "En aras de la transparencia y de la información del pueblo griego, la Comisión Europea publica las últimas propuestas acordadas entre las tres instituciones-Comisión Europea, Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional- que tienen en cuenta las propuestas de las autoridades griegas de 8, 14, 22 y 25 de junio 2015, así como las conversaciones a nivel político y técnico durante toda la semana”.

Este comunicado da información de todas las propuestas que actualmente hay sobre la mesa de Bruselas y que hasta ahora se habían ido a través de filtraciones a la prensa.

En ese comunicado la Comisión hace constar que las instituciones europeas, -lo relato literalmente-, se han ocupado de las necesidades futuras y la sostenibilidad de la deuda griega. También se incluye una serie de medidas para impulsar el empleo y el crecimiento en Grecia e impulsar la recuperación de la inversión en la economía real. No obstante, refleja este comunicado un cierto pesimismo en el eurogrupo, ya que lamenta que ni la ultima versión del documento, ni el esbozo de un acuerdo global hayan podido presentarse al eurogrupo por el abandono unilateral de las autoridades griegas del proceso en la noche del 26 de junio de 2015.



En la lista de medidas prioritarias exigidas a Grecia, se incluyen:

- IVA general del 23 %, con un tipo reducido del 13% y un superreducido del 6%.
- Aumento del impuesto de sociedades del 26 al 28%.

- Eliminación del trato preferencial de IRPF de los agricultores.

- Fuertes desincentivos a la jubilación anticipada, ajustando las sanciones y eliminando gradualmente los derechos adquiridos a la edad legal de jubilación y las vías de jubilación anticipada adaptando de forma progresiva como edad de jubilación los 67 años, ó 62 y 40 años de cotización.

- Todos los fondos de pensiones serán financiados por las propias contribuciones. Se elimina el subsidio de solidaridad (EKAS) para todos los pensionistas a finales del 2019. De inmediato se comenzará a eliminar al 20% de los beneficiarios en las modalidades de eliminación que se acuerden con las instituciones.

- Establecer una agenda autónoma de ingresos.

- Poner un techo de gasto a los gastos militares de 400 millones de €, con medidas ente otras como la reducción de empleados.

- Extender el impuesto de lujo a embarcaciones de recreo de más de 10 metros, ampliar la fiscalidad sobre el juego, poner en marcha el proceso de licitación para la concesión de licencias 4G y 5G.




LA CORRECCIÓN EN LA CONVERSACIÓN

LA CORRECCIÓN EN LA CONVERSACIÓN.

Esta noche no puedo dormir. Tengo los ojos más abiertos que cuando se sueña despierto. Junto a la chimenea, con las llamas que se menean, asando unas costillas, rodeado de unos cuantos tertulianos, me esfuerzo por seguir el hilo de la conversación, pues hasta ahora, después de una hora, no he sido capaz de conversación entablar con ninguno de ellos, ya que hablan al tiempo  y me encuentro fura de tiempo cuando quiero hablar o hablo a destiempo y, lógicamente, no me entero de na.

Al fin se va apagando la conversación. Parece como si los tertulianos no tuvieran recursos para conversar o seguir en sus argumentos a los demás. Eso me da a mi fuerza. Ahora me encuentro en mi lugar. Estoy a punto de empezar a hablar y, de pronto, alguien me interrumpe y me hace callar. Me siento mal. Tan difícil es dejar hablar que nos cuesta callar y hasta escuchar.

Odio a quien no sabe escuchar, al que corta al que va a hablar y al que habla por hablar. Empiezo a pensar, no soy de este mundo o éstos que son mis semejantes no se asemejan tanto a mí, o tal vez mi semejanza no es la de ellos, que al fin y al cabo es igual, pero, semejanza a parte, ellos o yo los hábitos al hablar deberíamos cambiar, de modo que todos en tertulia aprendamos a hablar sin pisar, a callar cuando nos toca, a escuchar siempre evitando el desprecio de el de enfrente, a no cambiar de conversación cuando ésta está en su mayor fragor menospreciando cada intervención, a aportar lo mejor de nosotros en la misma haciéndola mas rica, a aprender de lo que aportan los demás, a saber preguntar cuando no nos enteramos de na, a explicar ordenadamente tus comentarios, a resaltar lo que te gusta de cuanto te aportan, a enseñar en lo que dominas al resto y tantos otros retos que deberíamos proponernos practicar cuando una conversación emprendemos, de modo que, huyendo del protagonismo que en nosotros no ha de imperar, sepamos ganarnos a los contertulianos enseñándoles de modo ejemplar la forma en que debemos participar en las conversaciones, para que no parezcan canciones de tríos o quintetos en las que, ni los que hablan, ni los que parecen escuchar, llegan a enterarse de na.


Ya entrada la noche llega el momento de degustar. Las costillas a la brasa son un manjar y casi nadie habla para no perderse una tajá. Aprovecho yo el tiempo, sin perder bocado y aun con la boca llena, para empezar un tema que me interesa destacar, pues hasta ahora solo se  había hablado de cuatro frivolidades sin más, que eran un aburrimiento y más para unos hambrientos que se perdían en la conversación porque el cordero y su olor te llenaban los sentidos hasta el punto de sentirse ofendidos por no haber empezado con las costillas ya. Y en ese trance, todos callados, costilla en manos y manifestando con boca llena y olfateando su buen sabor, me dispuse a intervenir antes de ver venir a uno que se quería adelantar, tan sólo para decir, porque me interrumpió, que el cordero estaba delicioso y que cenas así, aunque a horas intempestivas, más a menudo había que repetir. Más este simple comentario me dejó otra vez sin hablar y me trajo a la mente que lo mejor era callar porque era el momento de degustar y mientras estuviera degustando, de mí  pocas palabras iban a sacar. A la cuarta costilla, de estar solo no hubiera comido más, pero, acompañado y sin poder  hablar, me dispuse a continuar. Sin duda acerté, porque era lechal digno de un manjar y como invitado no podía quedar mal.



Cumplí, como se suele decir, como un gran comensal, colosal  hasta saciar, pero en mis entrañas tenía cosas que no digería, de esas extrañas que te corroen porque en tu mente no las amañas para poder entenderlas tejiéndolas poco a poco como la tela de araña. Esas cosas, entre otras, eran que había observado cómo las conversaciones y comentarios sin valor son aquéllos que más interesan en un comedor, como si estuviera vedado al comensal, al mismo tiempo que el estómago llenar, ir ordenando en su mente las cosas importantes de qué hablar, de modo que pueda aprender el que habla y los demás. Al fin y al cabo al hablar de necedad todos somos igual y ésta empieza por no ser conscientes de que comiendo y bebiendo también se puede aprender, sabiendo entresacar al otro lo que nos interesa saber, no diciendo trivialidades y sandeces que los demás no merecen.

Me recuerda lo que sucede en estas escenas, - puede ser en una comida o una cena o simplemente charlar sin más -, a cualquier escena televisiva, de teatro o de cine, el que tiene tan alto el IVA, en donde el protagonista o el segundón se esmeran y esfuerzan por hacerlo lo mejor y, si se trata de hacer reír, procurar del espectador el mayor énfasis al sonreír a carcajadas con enormes risas en cascada. Y me trae esos recuerdos el hecho de que los intervinientes en la tertulia no cesan en verter, una y otra vez, banalidades y estupideces, que tal vez a ninguno interesen, incluso algo soez, hasta conseguir saciar su sed, siendo protagonistas del momento, erigiéndose entre los demás como un monumento que supo aprovechar su verborrea y su sin gracia para caer entre todos, con su elegancia y arrogancia, en gracia. Pero que al final, rebobinas y te das cuenta que no dijo na, que cuanto conversó y platicó al charlar, no tenía otra finalidad que conseguir ante los demás su momento estelar.

Me permito recomendar que no caigamos en el error de, haciendo cuanto antes he criticado, querer ser el mejor en cualquier reunión, pues si mejor es hacer algo con mayor perfección y es lo que pretendemos, la lección es que hemos de actuar con corrección poniendo empeño en hablar de lo que sabemos, preguntar y no fruncir el ceño, callar cuando escuchemos, escuchar y analizar, respetar a los demás y ante todo saber dejar hablar.

Isidro Jiménez





miércoles, 24 de junio de 2015

LOS PETARDOS DE SAN JUAN

LOS PETARDOS DE SAN JUAN

Me abruman los petardos, todo mi ser se altera al escucharlos, me vuelvo histérico, despotrico y destierro a los improvisados artificieros y solo deseo que la meta del artefacto, si he de ser yo, sea él y se le meta donde no le haga daño, pero le quede un recuerdo que perdure de facto para próximos años, de modo que le quede presente que eso de tirar artefactos es muy fuerte y que puede hacer daño.


Me encantan las hogueras, esas llamas llenas de colores enrojecidos que parpadean señalando el cielo, ese olor a leña seca, ese crujir de la madera en ascuas, el humo en dirección incierta, el desmoronamiento al arder los sarmientos, las caras iluminadas de los presentes iluminadas por las llamas y el hedor de alrededor a tierra mojada. La hogueras son un milagro de la naturaleza, arden vigorosas, destruyen cualquier cosa; surgen al combustionar y no paran, feroces las llamas, hasta con todo terminar. Pero no llevan artificio, sino que por naturaleza es uno de los más antiguos oficios.


Petardos modernos y hogueras antiguas, una antítesis de explosión en una noche de San Juan, en la que, si no fuera por los primeros todo sería natural, convirtiendo la noche en un remanso de paz y felicidad.

No es de extrañar que cada mañana postrera a las fiestas de San Juan, nos levantemos creyendo que los de los  petardos nunca va a terminar, pues siempre hay quien reserva los petardos de mayor calado para impresionar, ya de buena mañana, a los que han de madrugar, aunque los pobres perros, que sufren más, son los que anuncian con sus ladridos que la fiesta no acaba de terminar. A este respecto, deciros que encontré una amiga cuyo perro parecía andar mal, pero me explico que no era por cojera o algo similar, sino que tantos días aguantando a los artificieros de los petardos le habían causado un estreñimiento singular. Entendí, entonces, por qué el mío andaba más o menos igual y es que el pobre ha sufrido tanto que no sabe dónde meterse y que cada vez que oye uno hasta se estremece.


Otros petarderos sus petardos guardan para conmemorar el día de San Pedro, que debe estar tan sordo como San Juan, ya que en sus vísperas aparecen los que parecen expertos del artificio, como si fuera su oficio, haciendo explosionar toda la artillería que guardaban para por fin las fiestas terminar.

Pasó San Juan, todo volvió a la normalidad. Esta mañana salí a pasear y, en mi deambular, descubrí que de esta fiesta no todo es maldad, sino que tiene la ventaja de poder pasear a primera hora de la mañana cuando todos los artificieros ya se han ido a acostar.

Has de sortear obstáculos de recipientes de bebidas y carcasas de artificios de los petarderos, pero disfrutas de la paz y la armonía, sabiendo que todos duermen y que ya no habrá que soportar humo y ruido, aunque queden en la reserva algunos todavía.


Encuentras algún transeúnte despierto que lamenta la suciedad de las calles, los tiznajos de la explosión y los desperfectos en el mobiliario urbano y los más despotricantes piensan que debió el artefacto darles en el ano, aunque eso no evitará que cada año haya accidentes en pies o manos.

Otros trasnochados preguntan por el metro y es que con tanto ruido y tanta explosión, además de la bebida que se han metido dentro y la falta de sueño por vivir la fiesta con tanto empeño, caminan aturdidos sin la lucidez debida y buscar cómo llegar a casa supone un reto.


En la playa se observan, como leones marinos, algunos que allí durmieron después de tomar sus vinos, con el runrún de las olas, alumbrados por la superluna y encogidos desde la cabeza a la cola.

sábado, 13 de junio de 2015

DECLARACIÓN DEL IMPUTADO ANTE LA POLICÍA

Valor probatorio de la declaración del imputado ante la Policía no corroborada en sede judicial


La Sala Segunda del Tribunal Supremo ha adoptado un Acuerdo del Pleno no jurisdiccional de la Sala, de fecha 3 de junio de 2015, sobre valor probatorio de la declaración del imputado ante la Policía no corroborada en sede judicial.
Según la Sala, cuando los datos objetivos contenidos en la autoinculpación en sede policial, son acreditados como veraces por verdaderos medios de prueba, el conocimiento de aquellos datos por el declarante evidenciado en la autoinculpación puede constituir un hecho base para legítimas y lógicas inferencias. Para constatar, a estos exclusivos efectos, la validez y el contenido de la declaración policial deberán prestar testimonio en el juicio los agentes policiales que la presenciaron.
El contenido del acuerdo es el siguiente:
Las declaraciones ante los funcionarios policiales no tienen valor probatorio.
No pueden operar como corroboración de los medios de prueba. Ni ser contrastadas por la vía del art. 714 de la LECrim. Ni cabe su utilización como prueba preconstituida en los términos del art. 730 de la LECrim.
Tampoco pueden ser incorporadas al acervo probatorio mediante la llamada como testigos de los agentes policiales que las recogieron.
Sin embargo, cuando los datos objetivos contenidos en la autoinculpación son acreditados como veraces por verdaderos medios de prueba, el conocimiento de aquellos datos por el declarante evidenciado en la autoinculpación puede constituir un hecho base para legítimas y lógicas inferencias. Para constatar, a estos exclusivos efectos, la validez y el contenido de la declaración policial deberán prestar testimonio en el juicio los agentes policiales que la presenciaron.
Este acuerdo sustituye el que sobre la materia se había adoptado en el mes de noviembre de 2006.