jueves, 2 de abril de 2015

LA CASSETTE DE LA VIDA



Seguramente te ha pasado alguna vez, sin duda alguna, en tus reflexiones. Estoy convencido de que en algún momento de tu vida te has preguntado si siempre tomaste el camino acertado, o si, de haber tomado otro, hubiera cambiado tu vida y cuál sería esa vida y ver las diferencias con la que te ha tocado vivir, la que ahora vives como consecuencia de todas las decisiones que hasta ahora has venido tomando.

A mi me ha ocurrido y no sólo una vez. Este ha sido siempre el interrogante que ha presidido mi vida y me acompañará a lo largo de mi existencia, buscando respuestas que solo obtendría retrocediendo en el tiempo, si fuera posible volver a empezar desde un punto concreto del pasado, - como rebobinando la cinta cassette o retrocediendo y dando marcha atrás al video de nuestra vida -, con el fin de satisfacer mis ansias de saber qué me hubiera deparado la vida o que partes de ella hubieran cambiado, de haber sido otros mis actos y decisiones en aquellas circunstancias concretas de ese pasado.

Estoy convencido de que, de decir SÍ a decir NO en determinados momentos, hubiera provocado un cambio significativo en el rumbo de los acontecimientos, así como estoy seguro de que de hacer a no hacer algo y viceversa, hubiera sido como poner una gota o no ponerla en ese océano de mi actividad vital. Porque, si cualquiera de las anteriores posturas no hubiera producido cambios y mi vida hubiera seguido siendo la misma, no me preocupa, pues contento estoy, pero no por ello volvería a hacer lo mismo que hice, sino que haría algo diferente, o lo contario, para poder tener dos o más versiones de mi vida. Me imagino lo bonito que sería poder tener varias películas de mi propia vida y poder contrastarlas las unas con las otras y poder cambiar mi actuar, como protagonista, y el de los demás personajes, como si de un juego electrónico se tratara.

Si la propia vida hiciera posible lo dicho, a parte de lo divertido que sería, no me preocuparía cualquier decisión que tomara, dado que siempre podría darle al botón del retroceso y volver a empezar haciendo los cambios que se me antojaran, sin miedo a equivocarme porque podría cuantas veces fuera necesario volver al punto concreto en que tomé una decisión equivocada o hice algo no acertado. Es más, no tendría miedo siquiera a la muerte, pues llegado este momento, me estaría permitido volver a cualquier punto de mi  vida, y desde el punto elegido hasta podría hacer cambios de hábitos y costumbres que me la alargaran. Podríamos, -se me ocurre-, hasta vivir y codearnos con distintas generaciones y ver los avances y progreso de las futuras venideras. Pero, sobre todo, podríamos aconsejar a los demás sobre las mejores formas de comportarse, para, sin necesidad de dar marcha atrás en su vida, no cometieran un solo error del que debieran arrepentirse.

Isidro Jiménez

 (Relato corto de isidrojimenez.com)






No hay comentarios:

Publicar un comentario