miércoles, 30 de julio de 2014

LA TRANSPARENCIA DE LA MONARQUÍA Y DE TODOS

Ante todo transparencia, para conocimiento de todos.

Estamos en un momento en que todos hemos de luchar por la transparencia, especialmente cuando el Rey Felipe VI nos ha recordado que todo ciudadano tiene derecho a saber de sus gobernantes.

Es de agradecer y hemos de felicitarnos por esta medida de Felipe VI, que ha empezado, a mi juicio, a dar un cambio importante en la Casa Real, sometiendo a ésta a una transparencia que hasta la fecha no se conocía en España.

Todos los estamentos coinciden que esta transparencia de la Casa Real es una buena medida y, además, deseada por todos los ciudadanos, como forma de saber qué dinero se destina a la Casa Real y en qué se gasta ese dinero. Por tanto coincidimos muchos con su Majestad y nos congratulamos con esta medida ejemplar.

Los Sindicatos también han aplaudido esa transparencia real, no sé si por quedar bien o porque a ellos no les toca. Sin embargo creo que sería un gesto de valentía, de honradez y falta de cinismo que los sindicatos tomaran ejemplo del Monarca y dieran el salto cualitativo de a cogerse a la transparencia que el Rey ha promulgado.

Es de señalar que los sindicatos, una y otra vez, se han negado rotundamente a sacar a luz pública y a dar cuentas de los miles y miles de millones de euros que han ido recibiendo de los Gobiernos y, por qué no decirlo, de sus andadas farragosas y pantanosas por un lado y por otro durante más de 30 años. Y no han sido capaces de poner sobre la mesa sus cuentas muy a pesar de que hay sospechas más que fundadas de que sus cuentas no son trigo limpio, sino un almacén de indignidad, en el que han trapicheado, robando y dando otros usos a sus fines, siendo hasta capaces de quitado la comida a los propios parados, aquéllos a los que preconizan que defienden por encima de todo.


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