domingo, 4 de mayo de 2014

EN RECUERDO DE D. JOSÉ LUIS GUIJARRO ASENSIO

Sepelio de D. José Luis Guijarro Asensio
22 de noviembre de 1986


           Fue un 27 de mayo de 1951 cuando en el pueblo de Villares del Saz, celebraba con gran solemnidad la primera misa el hijo de este pueblo D. JOSÉ LUIS GUIJARRO ASENSIO, ORDENADO SACERDOTE días anteriores por el entonces Obispo de Cuenca, D. Inocencio Rodríguez Díaz.
            Día de gran emoción para todos, pues vimos como al vecindario de todo este pueblo, se unieron numerosas personas de los pueblos limítrofes y gran número de amigos del misa-cantano venidos de los más distintos puntos de nuestro geografía. Desde aquella fecha el nuevo sacerdote ha venido consagrado de lleno su misión sacerdotal, durante muchos años, en los distintos pueblos a que ha sido destinado por el Sr. Obispo ( Abia de la Obispalía, Carrascosa del Campo, Sisante y últimamente como canónigo de la santa Iglesia catedral de Cuenca, siendo estimado en todas partes y por todo el mundo, dejando tras si una huella imperecedera de su ministerio, habiendo cosechado copiosos frutos en su labor apostólica.
            Pero han pasado más de 35 años desde aquel fausto acontecimiento y hoy 23 de noviembre de 1986, nuevamente se han dado cita en nuestro pueblo numerosos fieles de los más distintos pueblos de la provincia para dar su postrer adiós a este sacerdote ejemplar D. JOSÉ LUIS GUIJARRO ASENSIO, FALLECIDO en la ciudad de Cuenca el 22 de noviembre de 1986.
            El sincero cariño que siempre me unió con él, desde su más tierna infancia embargan de tal modo mi corazón que no puedo manifestar el sentimiento que invade mi ser, ya que los hondos sentimientos del alma, solo los puede expresar el profundo silencio.
            Más no quiero silenciar la gran manifestación de duelo que ese día le tributaron los hijos de su querido pueblo, junto con los numerosos sacerdotes (más de cien) venidos de los más lejanos pueblos de la provincia que, con su presencia testimoniaron una vez más la estima y consideración que entre ellos disfrutaba.
            Jamás el pueblo de Villares del Saz podía contemplar un cuadro tan majestuoso como el que presentaba nuestro templo durante la celebración de la Eucaristía, presidida por el párroco D. Fernando Moya García, rodeado de más de una centena de concelebrantes.
            Hoy nos queda el consuelo a los que lo conocimos, que el señor habrá premiado su labor sacerdotal desarrollada durante tantos años, y confiamos que desde el cielo seguirá rogando por todos cuantos lo conocimos y jamás olvidaremos.

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