sábado, 22 de marzo de 2014

LA CAUSA INDEPENDENTISTA CATALANA


Sufre la causa independentista catalana
Salvador Aragonés
Todos los días hay en Catalunya entre tres y cinco noticias que hablan directamente sobre el independentismo y la “consulta” sobre la independencia programada para el día 9 de noviembre próximo. Toda la política catalana gira en torno a eso, aunque el “proceso soberanista” ya ha tenido varios tropiezos, el mayor es el caso de Ucrania y la secesión de Crimea mediante un referéndum ilegal.

El domingo pasado todos querían saber el resultado del referéndum de Crimea, resultado no reconocido por la Unión Europea, ni por los Estados Unidos, ni por otros organismos internacionales. TV3, la televisión del gobierno catalán, y la más vista en Catalunya, empezó su telediario de las nueve del domingo dando como noticia principalísima, y titular único, el incendio que ocurrió en la costa gerundense, en Vall-llobrega (Baix Empordà). Era un incendio importante pero en Catalunya, con un proceso soberanista, no era la noticia del día. En TV3 había indicaciones contradictorias sobre cómo dar la noticia del referéndum de Crimea. Así, de ser una televisión Nacional, pasó a ser una televisión Local. Crimea fue segundo plato.

Esto significa que los sucesos de Ucrania han indigestado a los partidarios del referéndum independentista, y especialmente al gobierno de Artur Mas, que sigue la hoja de ruta que le ha trazado la Esquerra Republicana de Oriol Junqueras. Esto ha hecho que Artur Mas se enredara declarando el lunes 17 que “no descarta totalmente” una declaración unilateral de independencia, desmentido al día siguiente por el nacionalista odiado entre los independentistas, Josep Antoni Duran Lleida, quien dijo que CiU (y él representa a la “U”) solo aceptará soluciones dentro de la legalidad.

Hay otros tropiezos de los últimos días que las dimensiones este artículo no permiten narrar. Como a mal tiempo buena cara, el martes, 18 de marzo, el Govern se ha sacado una encuesta del CEO (Centro de Estudios de Opinión) del propio gobierno, diciendo que el 59,4% de los catalanes quieren que Catalunya sea un Estado Europeo. Los martes es el día de reunión del gobierno catalán con rueda de prensa posterior. La encuesta salió a primera hora de la mañana, para que una periodista preguntara al portavoz (primera pregunta al conseller portavoz Homs): “¿qué opina el conseller del resultado de la encuesta?”. Sin comentarios.

La noticia no estaba, sin embargo, en la encuesta en sí, sino que ésta se hizo entre los días 4 y 17 de diciembre pasado, en el periodo en que se consensuó la fecha (9 de noviembre) de la consulta y la pregunta bicéfala ante la euforia de los medios y las redes sociales: “podemos dormir tranquilos, habrá consulta”. Impuso la fecha Esquerra Republicana amenazando que no apoyaría los presupuestos sin pregunta y sin fecha fija.

Así se hizo. Artur Mas no quería fecha fija, quizá por conocer más las artes de gobernar, y sabe que poner fecha sin negociación previa lo más seguro es que no se celebraría. Además, poner calendario a los acontecimientos internacionales es algo de principiantes, cuando se quiere que la consulta esté avalada por Europa y Estados Unidos. Les ha salido un problema gordo, Ucrania, un problema europeo de gran magnitud y que devuelve a Rusia parte del protagonismo que había perdido, mientras que Europa despega de su sopor causado por la crisis.

¿Por qué tres meses después de una encuesta catalana se hace pública en un momento delicado para el independentismo? ¿Se pretendía un toque de trompeta para los independentistas que habían perdido la brújula y hasta la ilusión? Para quien no sabe leer entre líneas dicen que de ilusión también se vive.


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