domingo, 16 de marzo de 2014

EL TRIUNFADOR

PERSONALIDAD DEL TRIUNFADOR.  


Es un tipo pragmático, orientado al éxito, adaptable, sobresaliente, ambicioso y consciente de su imagen. Todo un profesional.

Resumen del Perfil de su Personalidad.

Es seguro de sí mismo, se siente deseable y gozan de una alta autoestima; cree en sí mismo y en su propio valor. Adaptable, energético, a menudo atractivo, encantador y popular. Ambicioso para perfeccionarse y para ser el mejor. Con frecuencia sobresale en algún aspecto y es verdaderamente admirable; un ideal humano que encarna cualidades muy respetadas. Los demás quieren ser como él e imitar sus logros. Buen comunicador, motivador y promotor; sabe cómo presentar algo en forma aceptable y atractiva.
En su mejor estado: se acepta a sí mismo, se guía por normas propias, llega a ser genuino y auténtico; es todo lo que parecen ser. Modesto y caritativo. Tienen un sentido del humor especial así como un gran corazón. Es gente noble, amable y considerada.
Los triunfadores se preocupan competitivamente por mostrarse superiores a los demás: se comparan con otros en busca de éxito, estatus y prestigio. Son escaladores sociales para quienes es importante la exclusividad, la carrera y el hecho de ser un "triunfador". Pragmáticos, eficientes y orientados a metas; sin embargo, también son calculadores y pierden contacto con sus sentimientos bajo la apariencia de ser fríos. Se vuelven conscientes de su imagen y están muy preocupados por la forma en que los demás los perciben, por proyectar la imagen adecuada, por decir lo correcto y por presentarse según las expectativas. Se convierten en camaleones según el contexto al que se enfrenten. Surgen problemas con el compromiso, con la intimidad así como con la deshonestidad y la falsedad. Desean impresionar a los demás con sus aires de grandeza siempre tratando de aparentar ser mejores de lo que realmente son. Narcisistas y pretenciosos; se sienten especiales, llenos de amor propio inflado y con expectativas grandiosas respecto a sí mismos y a su potencial. Son arrogantes y exhibicionistas, como si estuvieran diciendo: ¡Mírenme! a medida que despiden hostilidad y desprecio por los demás.

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